miércoles, 11 de junio de 2008

Respuesta a mi admirado Tannhäuser

Como has adivinado el palabro Cateclismo puede entenderse catecismo o cataclismo. La idea surgió porque conozco muy bien el pelaje, el voluntarismo y el evangelio oportunista de la iglesia progreta. Estuve jugando tiempo atrás con mi hermana Herrería; ella me retaba con un tema y yo le reproducía las dos versiones por la bitácora. He asumido el compromiso de desarrollarla y estoy al ejercicio. Cuando acabe la recopilaré en su integridad y ya veremos.
La pretensión de esta publicación por capítulos, ahora en los blogs de Alawen y CarlosCC, obedece al convencimiento de que los partidos políticos que en un sistema democratico carecen de contenidos claros y de democracia interna tienden a su desaparición.
El socialismo hispano que nos toca soportar no ha devenido, como era de esperar, en social democracia y está representado en su primer escalón por ignorantes de salón, --y por ende osados--, que desconocen la historia y que paradójicamente están en la idea de cambiar el mundo. Es el de la lucha de clases de siempre, "universal", liberticida y antidemocrático.
Disponen de un ideario claro para, a costa de lo que sea, (el fin justifica los medios), conseguir y mantenerse en el poder y, al tiempo, adoctrinar a la "ciudadanía"y copar todos los llamados colectivos de representación ciudadana. Dicen "lo que hay que decir" en pos de esos objetivos y casi nunca lo que dicen coincide con la realidad política o de los hechos. Es una secta de fieles, de sectarios, que engorda como una bola de nieve. Y llevan años. Nos llevan 30 años de ventaja.
Tienen enfrente a un Pepe acomodado que nunca se preocupó de esos aspectos tan esenciales. A estas alturas del curso, ni les preocupa. Sólo Aznar se apercibió al final de su mandato de su importancia y creó FAES como foro de ideas pero ha devenido inútil en la práctica, a esos efectos.
Las únicas ideas que se oponen a las socialistas son las liberales. La dualidad liberalismo-socialismo nadie la discute en derecho constitucional e instituciones políticas.
Son las bases reales que sustentan al Pepé las que lo demandan. Pero la cúspide, "el partido", no solo no quiere escuchar sino que las rechaza abiertamente. Cuando se lo planteas a parlamentarios amigos conscientes de esta situación me responden que están hartos de exponerlo en Génova para, invariablemente, recibir como contestación que, "con la batalla de las ideas nada tenemos que ganar y mucho que perder". A mi juicio se están suicidando políticamente. Creo que es influencia del arriolismo, una brisa latente que más procede del Africa subsahariana que de nuestra Málaga sureña.
Abandoné la política activa hace más de veinte años y desde entonces me corroe esta situación para mi más terrorífica que preocupante porque está en juego el modelo de sociedad, la patria y la libertad. Es una tragedia que estamos pagando y que pagaremos muy caro. En la calle no hay otras ideas, otra jerga y otros contenidos que los socialistas. Tanto es así que los líderes de este Pepé en toda su andadura han hecho propia esa jerga sociata y la divulgan para pasmo de propios y jolgorio de extraños: Ciudadanía, contratos basura, estado de bienestar, estado protector, lugar de encuentro y convivencia, cooperación... Pasma la adopción por este Pepe de los conceptos de igualdad e igualitarismo en algunos ámbitos y grados cuando la Ley del universo es la desigualdad. Muy pocos peperos se acogen a "iguales ante la ley y no iguales por ley" pero de forma manida, como tópico al uso.
Sólo Esperanza Aguirre parece tener las ideas claras. Liberal tenía que ser. Repite una y otra vez que nuestros valores, nuestros principios, nuestros contenidos y nuestras ideas son más y mejores. Su voz se pierde en el desierto del oportunismo de siempre y en el del "stablismen" imperante. Y más en este nuevo Pepé que aflora como cooperador necesario de los enemigos de la patria, los valores, la tradición, la vida y la libertad.
A nivel de calle todo el mundo sabe que el socialismo es bueno y por qué. Y que el Pepé es la derecha de siempre, el pasado, el franquismo, los ricos y los que apoyan a los ricos.
Mi Cateclismo va por ahí, encarna estas reflexiones y, si observas con atención, pretende abrir los ojos, formar e informar. Creo sin falsa modestia que podría ser aprovechado, con procedimiento similar, por el partido que represente y defienda nuestro modelo.
Ahora es cuando puedes llamarme pretencioso sin miedo a equivocarte.
Piocastro

miércoles, 21 de mayo de 2008